Plan del Mes de Marzo

UN HOMBRE planto una higuera en medio de su plantación de uvas.
El cuido de ella con mucho amor y ella creció y quedo muy bonita. El Hombre pensó que ella daría muchos higos deliciosos, ya que, después de tres años, cuando El fue a buscar higos no encontró ni siquiera uno,solamente hojas. El quedo tan triste que mando a su empleado a cortarla, pues creía que estaba solamente ocupando un terreno innecesario.

El empleado pensó que aun había una manera para aquel árbol, por eso pidió para su patrón que la dejase cuidando un año más. El iba a cavar alrededor de ella y colocar fertilizante, para cuidar de ella con cariño, si después de eso ella no produjera fruto, entonces podría cortarla.
En esta historia el dueño de la tierra representa Dios, la higuera somos nosotros, los frutos nuestras actitudes. Antes de conocer la palabra de Dios, hacíamos un montón de cosas herradas, ahora Dios espera que no lo hagamos más. Debemos arrepentirnos de nuestros errores, pedir perdón a Jesús y no hacer más cosas que le desagraden. Este es el fruto que Dios espera encontrar en cada uno de nosotros. El empleado de la historia representa a Jesús, El siempre le está pidiendo a Dios para darnos una chance, y cuida con amor a cada uno de nosotros. Por eso no debemos decepcionarlo.
No se olviden, que nosotros somos una higuera plantada por Dios, vos estas aquí escuchando y aprendiendo su palabra, porque El te trajo, y todas las veces que El mirase su corazoncito desea encontrar buenos frutos, como: obediencia, amor, cariño, educación, etc. Un chico que se arrepiente de verdad de sus errores jamás volverá a ser malcriado y desobediente. Vos precisas mostrar a Dios que te arrepentiste de verdad, y solo cambiando tu manera de actuar con tus compañeritos y
y con las personas mas grandes podrás mostrar para El y para todos que ahora sos un niño de Jesús.

unidad 2 gr

Jesús contó la historia de un hombre muy rico que decidió hacer una gran fiesta para sus amigos. Pero esta fiesta no era una común, sino una súper fiesta! La fiesta era tan grande que no se podía ver donde terminaba.
En ella habían muchos tipos de comida: postres, jugos, gaseosas, dulces, helados… pero ni todos podían participar de esta fiesta; solo personas importantes o que fueran familia de aquel hombre rico.
El envió a su siervo a invitar a sus amigos y parientes. Pero al hacer la invitación, todos dieron una excusa para no ir a la fiesta. Cuando el siervo
volvió con la respuesta, el hombre quedo muy triste, pero decidió hacer la fiesta aun así, solo que esta vez, en vez de invitar a sus conocidos, el pidió para llamar a todas las personas: pobres, enfermos, ciegos, en fin, todos
Aquellos que ni imaginaban que un día podrían entrar en aquel bello palacio.
Ellos quedaron tan felices, pero tan felices, que inmediatamente aceptaron la invitación.
Es así que la gran fiesta sucedió y el palacio de aquel hombre quedo lleno de personas.
Saben chicos, cuando Dios envió a Jesús, Él también hizo una invitación para el pueblo de Israel, pero ellos no quisieron aceptar. Entonces, Jesús vino hasta nosotros y nos invito a entrar en el Reino de Dios, y todos los que Lo aceptan son llamados hijos de Dios y tienen el derecho de disfrutar de todo lo que Él tiene hasta de vivir con Él para siempre en su palacio, allá en el cielo.

semila
Al Señor Jesús le gustaba mucho contar historias. Un día, para hablar sobre el Reino de los cielos Él uso una semilla bien pequeña, pero muy pequeña. Eran semillitas de mostaza. Quien aquí ya vio semillitas de mostaza? Muestre para los niños la semillitas. Entonces, aquí en nuestro país tenemos un tipo de mostaza, y su semilla también es bien pequeña, pero la diferencia es que la semilla que Jesús hablo en su historia era la mostaza de la región de Palestina, un país bien distante de aquí. Ella, después de plantada, crecía y se tornaba un árbol bien grande, pero tan grande, que hasta los pajaritos hacían nidos en ella!
El Reino de los cielos es así. Cuando abrimos el corazón para que Jesús entre, una semilla llamada fe es plantada dentro de nosotros. Con el tiempo, participando de la Ebi, escuchando y obedeciendo la Palabra de Dios, ella crece y nos va transformando lentamente, ahí dejamos de hacer las cosas erradas que hacíamos antes como mentir, pelear, desobedecer… Quedamos tan diferentes que nuestros
Compañeritos perciben y quieren ser como nosotros.
La fe también nos ayuda a vencer todos los problemas

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