Nombre de Dios

El nombre de Dios siempre fue y todavía es una incógnita para muchos. Aún los mas fieles y fervorosos héroes de la fe del pasado no tuvieron acceso a Él. Invocaban a Dios como el Señor, Señor Dios, Eterno, Dios justo, Altísimo, Creador, etc. Pero, Su Eterno y Poderoso Nombre nunca fue revelado hasta la venida de Jesús. y el primer mortal en conocerlo no fue ningún ilustre figura de la sociedad, sino un hombre simple del pueblo, de la descendencia de Abraham.

Tal revelación se dio así:

«Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» (Mateo 1:18, 21)

El Nombre de Dios no puede ser considerado como el nombre del ser humano, tenga visto que Él es algo infinito, en términos de poder y autoridad, mucho más allá de la imaginación humana.

A pesar del Nombre de Jesús ser tan vulgarizado, hasta incluso entre los propios cristianos, eso no invalida de ninguna forma, Su inmutable poder sobre todos los males que han sobrevenido a la humanidad. De ahí porque, dirigido por el Espíritu Santo, el apóstol Pablo enseña:

«…Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús
    se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra…» (Filipenses 2:9-11)

Es claro que solo participan de los beneficios de la autoridad y el Poder del Nombre de Jesús los que han creído.

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