Conociendo al Dios de Justicia y Misericordia

Son muchas las personas de este mundo que desconocen la justicia, la misericordia y el amor de Dios. Por eso sufren rechazo, humillaciones y viven en la miseria. Incluso culpan a Dios por la desgracia en sus vidas.

Él es justo y santo y por eso, exige que en Su Reino se cumpla la disciplina de Sus Leyes, o sea, que se obedezca Su Palabra: lo que significa: no mentir, no robar ni hacerles maldades al prójimo. Solo apartándose del mal, podremos acercarnos a Él.

A pesar de que Dios es eterno, grandioso y sublime y habita en la ciudad celeste, siempre está cerca de los que sufren y está listo para escuchar sus clamores.

«Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos.», (Isaías 57:15)

Su placer es que todos conozcan y disfruten una vida en paz y felicidad que Él nos da. Esa vida completa está al alcance de cada persona por medio de la fe en el sacrificio hecho por el Señor Jesús. Aquellos a los que le es revelada Su palabra de vida, se convierten en una nueva criatura. Esto quiere decir que deja de ser alma viviente para ser espíritu vivificante con Su orientación y protección.
Se deben preguntar qué es alma viviente y espíritu vivificante. La primera es frágil y guiada por emociones y voluntades de la carne. Es una persona fácilmente influenciable por las amistades y por malos pensamientos y sentimientos que la distancian de Dios, lo hacen pecar e entristecer a Dios.

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