Gabriela Otero: ¡La EBI es el lugar donde más disfruto estar! Amo a los niños, estar con ellos, aprender de ellos…

Durante todos estos años he guardado las palabras del Señor Jesús cuando habló:

“Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos”.

(Mateo 19: 14)

Los admiro, quiero hacerme igual a ellos y poseer todas sus virtudes: pureza, buenos ojos, sinceridad, humildad…cualidades éstas por las que tanto tenemos que luchar pero que ellos tienen en abundancia y ¡sin hacer ningún esfuerzo!

Que maravillosos son y que valor inestimable tienen para nuestro Dios!!!

Ser educadora es un trabajo muy gratificante y a través del cual podemos ganar muchas almas. Si ganamos el cariño y el respeto de un niño ganaremos también el de sus padres porque: ¿Cuál será la madre que no amará a quien ama a un hijo suyo?

“…pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado…” (Juan 16: 27)

De esta manera podremos llegar no sólo al niño pero también a su familia…

Es de suma importancia en el desenvolvimiento de nuestro trabajo entender que el propósito de Dios, en cualquier lugar en donde estemos, será siempre uno: “salvar.”

Creo que la visión de la educadora no puede quedar limitada a las 4 paredes de la sala donde se dicta la clase. Debemos ir más allá y, a través de cada manualidad que el niño lleva de la EBI, alcanzar a aquel familiar incrédulo que se queda en casa preso a vicios, miseria, depresión. De esta manera daremos condiciones al Espíritu Santo de llegar a cada hogar llevando el perfume del Señor Jesús, ya sea mediante un versículo bíblico o una palabra de ánimo y fe.

Dependiendo del amor y la calidad de nuestro servicio la palabra de Dios podrá llegar a más cantidad de personas de las que podemos pensar o imaginar!

Nosotras, educadoras, hemos hallado gracia a los ojos de nuestro Dios, Quien nos ha encontrado dignas de tener la enorme responsabilidad de cuidar de Su especial tesoro…

Que hermoso es encontrar al Señor Jesús en el cálido abrazo de un niño, en la ternura de su mirada y en su manera tan pura de ser!